domingo, 6 de febrero de 2011

Capítulo 8.

~  Una pizza con sorpresa ~

-         No, mi mejor amiga. Esta noche se queda a dormir en mi casa y me está esperando.
-         Vale, bueno pues, te doy mi móvil si te parece y otro día me llamas y quedamos.
Se intercambian los móviles.
-         Bueno Adiós – dice ella mirándole a los ojos. Le fascinan.
-         Espera, no me has dicho tu nombre. – Dice el agarrándola suavemente de la mano
-         Laura, me llamo Laura – dice ella sonriendo. Se siente nerviosa al sentir el contacto de la piel del chico junto a la suya.
-         Yo Fernando encantado – El chico se despide con dos besos pero este segundo, demasiado cerca de la comisura de los labios. – Adios Laura.- Dice en un susurro cuando la chica ya se ha marchado. Otra vez, otra vez han conseguido que se enamore. Bueno, por lo menos no le ha dicho que tenga novio aunque tan poco ha dicho que no lo tenga. Comienza el camino rumbo a la casa de su “primo”. No puede parar de pensar en algo en especial. Si, en ella, en Laura.

Corre Laura, de verdad, mira que entretenerte con este chico…¿Cómo se llamaba? Fernando, eso es, se llamaba Fernando. No puede hablar de Fernando con Sun, porque entonces sabrá que se retrasó y la dejo en la calle un rato por culpa de el. Es la persona perfecta para Sun, es un chico encantador, guapo, amable y sabe escuchar, que eso poca gente lo tiene. Pero, por un motivo, que no sabe realmente cual, no quiere decírselo a Sun, no quiere presentarles. ¿Siente algo por él? No, eso es absurdo pero, ¿el beso tan cerca de su boca, el escalofrío al sentir el contacto de su piel..? No Laura, tienes novio.
-         Tía, llevo más de 15 minutos esperándote, ¿se puede saber donde estabas? – Dice Sun, que sus intenciones son parecer enfadada pero, desde bien pequeña siempre la dicen que no sabe mentir por lo que, finaliza mirando a su amiga con una sonrisa, esta deseando enterarse de todo lo ocurrido.
-         Perdóname, he tenido un día un poco movidito.- dice sonriendo mientras suspira.
-         Venga vamos.
Abre la puerta y, suben juntas a su habitación para dejar las cosas de Sun, cuando bajan, su intención es usar el horno, pero parece que no le servirá de mucho.
-         ¿Llamo a la pizzería de la playa y ya está? – Dice Lau divertida. Su amiga esta casi dentro del horno – por mucho que metas la cabeza, no saldrás abrasadita. – dice riendo por las tonterías que su amiga puede llegar a hacer.  
-         Está bien…- dice, ha decidido darse por vencida.
Cuando llaman a la pizzería se sientan las dos y Laura comienza a contarle todo lo que la ha ocurrido desde la noche de la fiesta. Sun la escucha asombrada. Muchas veces ha tenido envidia de su amiga, es más guapa y liga más que ella pero, si Lau es feliz, con eso la vale. Cuando va a llegar al punto más interesante, el momento en el que Marcos aparece el la playa aquella noche, llaman a la puerta.
-         Ya voy- grita Lau desde el salón levantándose y pidiéndole a su amiga que espere.
-         Hola buenas noches, ¿Dos pizza, una cuatro quesos y la otra barbacoa? – dice el chico mirando al papel pero cuando eleva la vista.
-         ¿tú? – dice Laura asombrada.
-         Yo, y ¿tú? – dice el sonriente. Deseaba volver a verla, esto es cosa del destino.
-         Trabajas como repartidor, que bien no lo sabia. Podrías habérmelo contado. – dice ella aparentando estar enfadada pero sonriendo por dentro.
-         Si te lo hubiera dicho, me habrías hecho sufrir y cargar con más cosas y… no me apetecía – dice el sonriendo.
-         Bueno, te invitaría a pasar pero, tienes trabajo por lo que veo – mira a la bici de su amigo. Tiene en ella dos pizza más.
-         No, en realidad ya iba para casa, mi primo adora la pizza.- señala el chico.
-         Bueno pues nada, me alegro de volverte a ver Fernando.- La chica se acerca a el para darle dos besos pero el, se anticipa y la besa. Laura no sabe bien porque pero sigue el beso. No puede parar de besarlo. Se siente como cuando besa a Marcos…
-         Adios – dice Fernando despidiéndose con la mano y sonriendo.
Pero cuando se va a subir a la bici, mira hacia ella, y camina en su dirección de nuevo, sus intenciones son conseguir a esa chica y, lo que pasará esa noche entre ellos dos, puede que consiga puntos a su favor.

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